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Sistema Nacional de Areas Protegidas

Nuevo sistema de Areas Protegidas busca conservar nuestras riquezas

 

Siete zonas del país fueron declaradas áreas protegidas por el gobierno nacional. Con esta medida se busca preservar estos lugares, no sólo en su aspecto biológico y ecológico, sino también socioeconómico. El trabajo se desarrolla en conjunto entre la Universidad de la República (Udelar), la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) y la ex Universidad del Trabajo, entre otras instituciones.

El gobierno creó un nuevo Sistema Nacional de Areas Protegidas (Snap), con el fin de regularizar el cuidado de diversas zonas de naturaleza privilegiada del país. Son siete las áreas que conformarán el sistema en una primera instancia, aunque en un futuro se anexarán otras. El trabajo se realiza con el apoyo de diversas instituciones, y forma parte de una estrategia de preservación más amplia.

"Proteger un lugar sirve, entre otras cosas, para regular las visitas de turistas. Eso ocurre en la Isla de Flores, que es la segunda colonia de gaviotas del país, por eso las visitas son guiadas y acotadas a una determinada cantidad de personas y turnos", dice a La República el subdirector de Areas restringidas de la Dinama, licenciado Mario Batallé.

En una primera etapa, la protección incluye la Quebrada de los Cuervos (Treinta y Tres), Esteros de Farrapos e Islas del Río Uruguay (Río Negro), Lunarejo (Rivera), Laguna de Rocha, Cerro Verde e Islas de La Coronilla y Cabo Polonio (Rocha) y Chamangá (Flores). En una segunda fase, serán incorporados al sistema de áreas protegidas las islas del río Negro (Soriano), los humedales del Santa Lucía (Canelones, Montevideo y San José), la laguna Castillo, San Miguel y la laguna Negra (Rocha).

Lo social también importa

Según el jerarca de la Dinama, el trabajo de protección no sólo se realiza con una mirada científico-técnica, sino que se toma en cuenta la opinión de los pobladores de la zona. "Un ejemplo práctico es Farrapos, en donde el fin de semana pasado estuvimos trabajando con los apicultores y pescadores para optimizar sus labores diarias", indica Batallé.

Declarar una zona protegida no implica que en esa área todo esté prohibido, aunque sí se restringen algunos comportamientos. En Cabo Polonio, por ejemplo -una de las zonas protegidas desde hace tiempo- no se puede sacar arena, ya que el objetivo central es la protección de las dunas. En Chamangá está prohibida la minería, porque se trata de una reserva geológica. Las finalidades de la protección no son las mismas en todas las áreas.

"La ley es de interés general y está por encima de lo particular", dice Batallé, refiriéndose a que la inmensa mayoría del territorio nacional está en manos de privados, reservas incluidas. "El aspecto social también se evalúa a la hora de estudiar que la transformación de un lugar en área protegida sea factible. No todas las situaciones son sencillas", explica el licenciado en ciencias biológicas, Andrés Canavero, de la sección Ecología de la Facultad de Ciencias.

Los expertos estudian la riqueza biológica del lugar, el ambiente socioeconómico, la población humana y hasta las condiciones políticas, que en ocasiones pesan, y mucho: "Para incluir la Quebrada de los Cuervos y el valle de Lunarejo en el Snap se tuvo en cuenta que ya son áreas protegidas en sus respectivos departamentos. Si no hay condiciones propicias todo se vuelve más difícil".

El trabajo en biodiversidad y ecología de la conservación, que en estos momentos realiza la Facultad de Ciencias, comenzó el año pasado con un mapeo de las diversas riquezas del Uruguay. Los datos recogidos se ubicaban en las cuadrículas de las cartas geográficas militares, y así se tenía una idea más precisa de las zonas donde se concentran las especies vegetales y animales en nuestro país.

Formando protectores

"Con esos datos vimos qué zonas tienen prioridad de conservación. Ahora vendrá el análisis de los cálculos y la determinación de los lugares donde es más factible ubicar las zonas protegidas", cuenta el biólogo. El proyecto está financiado por el Programa de Desarrollo Tecnológico (PDT), y servirá para evaluar mejor las áreas protegidas que existen actualmente, confirmando las elecciones. "Los resultados finales de la investigación estarán el año que viene", aseguró el científico.

Los guardaparques se encargan del cuidado extremo que necesitan estas áreas. Actualmente son alrededor de 40 en todo el país. "Es necesario reglamentar la actuación de los guardaparques, implementar más cursos de capacitación y actualizar a los funcionarios", sostiene Batallé. Ya se han realizado cursos organizados por los propios guardaparques, por la organización Vida Silvestre y por el Ejército. Se espera que este año se cree un curso para guardaparques en el Cetp (ex UTU).

Tendrá una duración de dos años y estará dirigido a jóvenes de entre 15 y 18 años. El Ejecutivo informó, a través de su página web, que el Snap se enmarca en una estrategia territorial que incorporará a los gobiernos departamentales y locales. Con ese fin también se impulsan modelos de ecoturismo que permitan un desarrollo económico sustentable, generando nuevos puestos de trabajo e ingresos de divisas para el país.

 

Publicado en el diario La República, 7 febrero de 2007. Se reproduce en nuestro sitio únicamente con fines informativos y educativos.



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